Fotografía Líquida.
Elisa Barbosa Riva SCU
Poética del tiempo documental.
La Fotografía Líquida es, más que un concepto o modalidad estética, una nueva manera de organizar la realidad en correspondencia con el cambio de paradigma descrito por Zygmunt Bauman en La modernidad líquida. El pensador polaco deslinda de manera muy clara un amplio territorio donde “la modernidad fluida (...) ha cambiado la condición humana de modo radical y exige repensar los viejos conceptos que solían enmarcar su discurso narrativo”. La Fotografía Líquida es una consecuencia lógica de esta nueva ordenación del mundo. El presente se nos escapa como el agua entre las manos. El cine documental intenta apropiarse del tiempo como un objeto fractal reconstruido por la conciencia. En este punto nos apartamos de las tendencias que asumen la fluidez fotográfica como un simple modo de representación. Consideramos la experiencia documental como una realidad alternativa que no busca explicar (mucho menos reflejar) lo que ha dado en llamarse realidad-real. La Fotografía Líquida se constituye a partir de imágenes que capturan la fluidez del instante. Buscamos manipular el tiempo y convertirlo en arquetipo visual. Solo podremos observar la realidad si somos capaces de sustraernos al muro de significados que nos entorpece la visión. ¿La sospechosa mirada del extranjero será el reflejo más consecuente de nuestra conciencia? ¿Solo es posible acceder a lo desconocido mediante un extrañamiento de la mirada? ¿Cómo observar con nuestros ojos ciegos?¿Es necesario desnudar el ojo, someterlo a un entrenamiento visual, desmagnetizar la mirada?
La Fotografía Líquida apuesta por una concepción no retiniana del arte cinematográfico. Cuando la luz penetra en el ojo del espectador, pasa a través de la córnea, la pupila y el cristalino, para llegar a la retina, donde la energía electromagnética de la luz se convierte en impulsos nerviosos que a través del nervio óptico son enviados hacia el cerebro para su procesamiento por la corteza visual. La retina es un medio y no un fin. Nos apartamos de toda filosofía estética destinada a complacer la retina del individuo. La verdad y la belleza han de producirse en el cerebro del espectador. Lo absoluto se realiza y expresa en lo particular, pero esto que sucede en cada momento, es un milagro siempre nuevo en el juego maravilloso de la entrega libre. ¿Cómo alcanzar esa libertad tan deseada y temida? ¿Cómo poseer sin domesticar? ¿Cómo retratar el instante sin congelarlo? ¿De qué manera expresar la estructura profunda de lo fluido? En este Taller desarrollamos una serie de cuestionamientos que ponen en entredicho los convencionales modos de entender la poética del tiempo documental. La Fotografía Líquida, en lugar de una tiránica armazón conceptual, promueve y propicia una nueva actitud ante el lenguaje cinematográfico, un nuevo modo de mirar, despojado de ideas preconcebidas.